viernes, 28 de junio de 2019

Contra la comida chatarra


El término “comida chatarra” fue acuñado en 1972 por estudiosos del Centro de Ciencias de Interés Público, quienes buscaban concientizar a la población sobre aquellos productos con excesivo valor calórico y bajo aporte nutricional. Para los fabricantes, no obstante, producir este tipo de comidas tiene gran atractivo, ya que suelen ser baratas y de fácil elaboración, y generan grandes ingresos.

Resulta de suma urgencia realizar para la población una intervención social y educativa para eliminar gradualmente la “comida chatarra”, comenzando con las golosinas que son los productos con más fama en los quioscos escolares. Además de regular las bodegas ubicadas en las inmediaciones de los colegios, lo ideal sería reemplazar en su totalidad los productos chatarra que se expenden en estos comercios por los denominados “dulces nutritivos” y que explicaré a continuación.

De manera personal, tuve la oportunidad de desarrollar durante un curso de gestión empresarial la propuesta de emplear elementos nutritivos como el cultivo andino cañihua o la sangre de pollo en elaboraciones dulces, con gran contenido nutritivo: trufas elaboradas en base a polvo de cañihua y mousse de sangre de pollo. Esta última posee dentro de su preparación el característico hervor de la sangrecita, así que su consumo es inexcusablemente adecuado y salubre.

Debido a la sobrepromoción tanto de golosinas, altas en azúcares, como de la comida rápida alta en grasa (esta última propia de una alienación histórica), este tipo de comida se ha convertido en una falaz alternativa alimentaria y muchas veces en el factor principal de compra para la alimentación cuando nos encontramos fuera de casa y pensamos en acudir a un restaurante.

Es imperante iniciar una deconstrucción consciente de la “comida chatarra” y contrarrestar el bombardeo de publicidad masiva, debido a que circunstancialmente podemos consumirlas, inclusive encontrándonos conscientes de esta mala práctica alimentaria como advierten destacados nutricionistas, entre ellos mis padres: mi madre, Patricia Vega, quien es catedrática de la Facultad de Medicina de San Marcos y mi padre, Manuel Allain, quien además de ser un gran nutricionista es comunicador, con apariciones constantes y notorias en radio. A ambos saludo con mucho fervor y amor.

- El presente artículo fue publicado en EXPRESO.

jueves, 28 de marzo de 2019

Diez estrategias de defensa nacional


Proteger a nuestro país de las amenazas internas y externas es prioritario, ahora en tiempos de crimen organizado y mafias internacionales. Es urgente desarrollar una estrategia de defensa nacional. Propongo algunas ideas básicas:

a.- Fomentar las “fronteras vivas”: todas las líneas de fronterizas del Perú con Chile, Ecuador Colombia, Brasil y Bolivia deben ser colonizadas por familias peruanas para desarrollar actividades productivas como agricultura, agroindustria, ganadería, apicultura.

b.- Defender las industrias estratégicas, tales como la explotación petrolera y minería, la generación de energía hidroeléctrica, la protección de los recursos del Mar de Grau, el gas natural y las empresas de telecomunicaciones.

c.- Reformar el sistema educativo, con más presupuesto y nuevo currículo, donde se busque que el estudiante tome mayor conciencia de la identificación con la patria y el conocimiento crítico de la historia.

d.- Promover la educación intercultural bilingüe: en el Perú se hablan actualmente 47 idiomas, la mayoría de ellos son amazónicas. Si se quiere formar una identidad nacional, hay que difundirlas y preservarlas.

e.- Reforzar y modernizar las Fuerzas Armadas (Ejército Peruano, Marina de Guerra y Fuerza Aérea Peruana) y Policía Nacional, con actuación no solo en la defensa nacional sino también en el desarrollo social y económico.

f.- Desarrollar mejores políticas económicas para evitar que los extranjeros se adueñen de las empresas estratégicas, como viene sucediendo en la administración de algunos puertos que están en manos de empresarios chilenos.

g.- Control migratorio. Se ha incrementado el ingreso masivo de ciudadanos venezolanos al país, huyendo de la crisis y buscando mejores oportunidades de vida. Sin embargo, algunos están delinquiendo, lo cual merece más control de nuestras autoridades.

h.- Fomentar los valores éticos y familiares, promoviendo una cultura de paz, respeto y consideración, siendo la familia –conformada por varón y mujer– la base de la sociedad.

i.- Desarrollar y modernizar el Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) para que sea una herramienta efectiva de luchar contra el terrorismo y el crimen organizado.

j.- Ampliar el trabajo de las fuerzas armadas y la presencia del Estado en zonas críticas como el VRAEM, para luchar contra el narcotráfico y el narcoterrorismo.

- El presente artículo fue publicado en EXPRESO.

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