domingo, 20 de enero de 2013

“La visión maldita de Raúl Allain”


Por Humberto Pinedo Mendoza (*)

El joven poeta y editor Raúl Allain Vega tiene la virtud de creer que con el arte se puede cambiar al hombre. Es decir, confía en la espontaneidad y la veta poética pura de los creadores para poder salvarse de la hecatombe moral. Verbigracia es un estudiante de Sociología que investiga al hombre como rol social y compromiso. Es un maldito para esta época. Pero muy necesario para esclarecer los problemas de su realidad social e individual.

Tuve la suerte de conocerlo cuando me convocó para presentar dos textos de antologías poéticas, intituladas Poiesis Hispanoamericana y Eros & Tánatos. Ambos libros de recopilación de jóvenes creadores de diferentes nacionalidades. Allain es dadivoso. No tiene nada de egoísta ni mezquino con sus pares. Felicito su empeño por romper estructuras sociales y morales en desuso. Y por plantearse una posición iconoclasta y nada sectaria.

Junto con su movimiento poético Suicidas nos enseña que para vivir en esta sociedad hay que estar locos. Con su actitud irreverente nos aconseja que hay que creer en el hombre. Raúl preside una institución que defiende a la juventud y promueve su compromiso. Este joven vate ha nacido en 1989 en Lima y ha promovido muchas actividades culturales en favor de esta generación en forma desinteresada. Dirige la editorial y blog Río Negro, de gran importancia creativa.

También ha publicado textos de una gran implicancia crítica, como moral. La irreverencia de sus versos ha hecho que lo valoren y publiquen en diferentes  partes del mundo. Tales como Letralia de Venezuela, La Ira de Morfeo de Chile, Biografia de Brasil y está incluido en el Movimiento Mundial Poetas del Mundo.

-       Raúl sigue por ese camino incorruptible en el cual terminarás creando el "hombre nuevo".


Aquí dos versos de su variado repertorio creativo:


Esferas azules

Se revuelcan brumosas
y tangentes abarcables
en la condensación de su camino gaseoso,
que emerge de nuestras venas obstruidas.

Todo se confunde,
el vapor desfigura las ideas
atan cabos en sus taras
y el caos cunde.

Mi camino es un vano silogismo
que, encerado por su rubor,
coligió en flores azules.

La amistad es una circunferencia,
la alegría cromógena de ésta se maquilla
pero su amor, a diferencia,
sólo está en una manecilla.

Deseos imposibles
se hurtan de la razón,
y se esconden pastosos
ante repentina desazón.

Esa luz sonrosada
que emana mi ternura halada
sería camino aurífero para tu aflato,
que de este modo nos arrastraría
hacia la perpetua bicromía.

El horizonte celeste precipita,
el borde del cristal
cruje como gota de sudor en su hoguera,
calmando mi sed;
su copa aún es caliciforme,
pero sus vellos hirsutos
ya no son sagrados.

Los cerebros se arrebozan
en orines y polvos fantásticos,
que con un gemido de púberes estrellas
extingue las ráfagas-ideas
y sus futuros epitafios.

Condena: Nunca morirán.


Sexo cerodimensional

Sólo nos masturbamos dentro de una mujer.
Ascendemos por sus escalones ígneos
De formas flameantes
Para expulsar en la cúpula
Nuestros impulsos degradantes,
Perennizar chillidos,
Cuales ratas
en los acueductos del amor.

Nos embarramos con sus mareas pútridas
Disfrutamos nuestra libertad
Cebándonos en la mujer, la carroña
Que cazamos en la no atmósfera, en la cumbre
Cerca de, y a su izquierda
En su tercer bastón, mandamiento
Sexo, reproducción.

Cubismo de la vida,
Voces magnéticas atraídas por el calcio
Que se degrada con los lácteos políticos,

encuéntrame en la calle de la locura
Entiérrame en las estrellas,
Rásgame el sexo, mútame con síndromes
Hazme entender que sólo busco
El placer pasajero,
Porque quiero ser el bastión de nuevas formas
Porque quiero encontrarla en representaciones diversas,
Donde las figuras se mezclan para ser nada
Para ser recuerdo en la constelación de puntos
De carne.

Sólo así nos encontraremos
Con el sexo cerodimensional, para reproducirnos
Después del suicidio natural,
Y nuestros cerebros ya no serán porfiados sexuales,
Criminales, nuestros genitales serán uno solo,
Se exterminarán los hombres y las mujeres,
Existiremos como recuerdos múltiples
En las oraciones de cada ser humano
Que se masturbarán en nuestras tumbas
Y beberán de tu clítoris, cual cáliz celestial.


(*) Nacido en Lima en 1947. Ha publicado cuatro libros de poesía: Olguita Amando, Topus, Avizor y Convulsión. Libros de Historia Rostros y Rastros del Callao y La Historia de San Miguel. Incluido en la Historia de la Literatura Peruana de Augusto Tamayo Vargas, César Toro Montalvo y José Beltrán. Ha sido Presidente de la Casa del Poeta del Callao en 1992 e integrante de Gleba Literaria. Incluido en los suplementos dominicales del Comercio y Ojo y en la revista Olandina. Como Periodista ha trabajado en el diario Expreso, Ojo, Oriental el diario Callao y el Faro. Ha sido columnista de las páginas de Historia y Cultura de los diarios del Callao. De acuerdo a los críticos literarios Wolfgang Lutching, César Toro Montalvo y Augusto Tamayo Vargas el poeta Humberto Pinedo practica una poesía concreta de gran significado y sensibilidad social.

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