La Ley de Radio y Televisión
no declaraba —ante
la población infrahumana— el uso estratégico del campo
electromagnético por el cual se operan frecuencias; ondas electromagnéticas que
doblegan la interacción diaria de un pueblo. Tanto el cuerpo como la mente de
un individuo propenso y expuesto a una realidad dominada por empresas globales.
Esta manipulación científica fue difundida como Proyecto Mk Ultra o “mind
control”.
La naturaleza de este uso telecomunicacional
transmite ideas a través de un ya conocido por muchos medio-síntoma, conocido
en expresión popular como “escuchar voces” y considerado período prepatogénico
en diagnósticos psiquiátricos tales como la esquizofrenia y otras psicosis. Esta
verdad tangente se plasma ante el hombre, pues psicotrónica y frecuencias
hertzianas no se han concebido relacionales; como también a las antenas la
concepción “antenaje”. Se trataría de un indicio de poder y dominación de
masas.
Siendo esta una injerencia sociopolítica
además de encontrarse asociada a la concentración de medios puede gozar de una figura
relacional: los grupos de poder que no deberían ser comprendidos como
usufructadores de estas labores comunicacionantes y telecomunicacionantes desde
el sector de medios impresos… Pues pueden ordenar y operar funciones desde su bando,
maniobrando de una forma conexa y dependiente debido al discurso que nos entregan
y que puede estimular el establecimiento de una estratagema eléctrica mediante noticias
retorcidas y falsas. Característica que profesa la manipulación de la
conciencia. Cabe destacar esta correlación pues actualmente y en nuestras circunstancias
son las noticias que tratan sobre posesiones e histeria colectiva que acaecen,
consecuencia de esta difusión paralela que menoscaba nuestra historia.
El factor mágico-religioso y el concepto de Dios que atenemos pueden así mortificar la percepción del pueblo. Ante un milagro a un santo se le suele atribuir una supuesta presencia en un mundo dominado por una condición tautológica. Se incomprendió la presencia de profetas y santos que según las consecuencias de su supervivencia pueden ser juzgados como benéficos o maléficos.
El factor mágico-religioso y el concepto de Dios que atenemos pueden así mortificar la percepción del pueblo. Ante un milagro a un santo se le suele atribuir una supuesta presencia en un mundo dominado por una condición tautológica. Se incomprendió la presencia de profetas y santos que según las consecuencias de su supervivencia pueden ser juzgados como benéficos o maléficos.
Hallamos indicios de estas
interpretaciones en el discurso de películas testimoniales que en sus
documentos divulgan la intervención de instrumentos electrónicos. Estos
causaron confusión y debido al impacto social y sobreactuación de personas originó
que las posesiones sean congruentes a sucesos médicos no derivados sino
originarios y no espectrales, “fantasmales”, influencias producidas por el
aparato telecomunicacional, construyendo una condición tergiversada de la
medicina: variable primordial para el “error histórico”.
Por esto la regulación de
contenidos en prensa que puede divulgar por ejemplo esquizofrenia y/o posesión y
no dominio de masas particulares, por el método pasivamente estratégico por el
que socialmente comunica, debe ser consultada para así emprender debidamente con
la reformulación de una ley que incluya un inciso telecomunicacional que
produzca bases éticas y morales en su accionar comunicativo y telecomunicativo.
Debe entenderse que dentro
de la forma comunicativa localizamos operaciones telecomunicacionales que complementan
y/o contaminan el fondo discursivo de una circunstancia, estableciéndose así
como parte preponderante de la cultura, conformando el mito universal mediante
el cual se accede a diversos rituales que reaccionan para justificar una
presencia teísta que desorienta, supuestamente aconseja y sujeta nuestra
existencia. Es así que el núcleo familiar se hace predominante para filtrar el
mensaje de las noticias y el entendimiento de las fuerzas de producción en telecomunicación.
Reconstruyamos el discurso primigenio del matrimonio. Siendo así, discursemos:
“Qts=(Qms*Qes)/(Qms+Qes)”.
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