Óscar Allain (Lima, 1922) es el pintor vivo más
importante del Perú. Y lo afirmo sin ninguna duda, no por ser mi abuelo, sino
debido a que es uno de los artistas plásticos más trascendentes junto con José
Sabogal, Teodoro
Núñez Ureta, Juan Manuel Ugarte Eléspuru y Ángel Chávez, entre otros.
Fue discípulo del legendario Alejandro González
Trujillo, “Apu-Rimak”, quien fuera su
maestro en la centenaria Escuela Nacional de Bellas Artes como parte de la
llamada “generación dorada”. Su concepción estética revela una ferviente
representación del Perú, capturando con su prístino pincel la intensidad
cromática y esencia de nuestro sentimiento popular.
Él antepone sus raíces peruanas a todo tipo de modas
extranjeras, optando por una plástica expresiva en la armonía del color y en la
composición de imágenes, enfrentándose a corrientes pictóricas foráneas como el
abstraccionismo porque despersonalizan al arte, aunque por su gran cultura él
encuentra sustento en la técnica del impresionismo.
Ahí están delineadas con maestría sus jaranas
criollas con guitarra y cajón, las caletas de pescadores, las vendedoras del
mercado, los paisajes de costa, sierra y selva, todo aquello con un dibujo muy
estilizado y sugerente.
Jamás estuvo de acuerdo en que la formación
académica de los estudiantes de arte se basara en enseñarles solamente la
pintura abstracta, tal como sucedió cuando en la ENSABAP reemplazaron el
indigenismo por la moda de la Escuela de París, lo cual no respondía a una
necesidad y, por el contrario, alienaba al artista.
Allain es la continuación del indigenismo y es la
resistencia frente a tendencias comercialmente muy en boga como el
conceptualismo, o la representada por el recientemente fallecido Fernando de
Szyszlo (1925 - 2017), cuyas pinturas abstractas evocan espectros, siendo esto propio de la dominación de masas.
He aquí la importancia de la obra plástica de Óscar Allain, quien
recibió las Palmas Artísticas en el Grado de Gran Maestro y la Medalla Cívica
de la Ciudad de Jesús María por su extraordinario aporte al arte y la cultura.
Personalmente destaco el humanismo de su legado de carácter universal y que
debería ser motivo para otorgarle la Orden El Sol.
- El presente artículo fue publicado en EXPRESO.